El Color de los ochentas

Viendo ahora aquellos albums con fotos color en formato 10×15 cm que fui armando en los años ochenta, me parece evidente la conexión de dichas imágenes con todo mi trabajo en blanco y negro, producido durante esos mismos años.
Sin embargo, también surgen algunas diferencias entre ambos conjuntos de fotografías.
El tema en toda esta obra es similar: la ciudad y algunas miradas intimistas sobre aspectos del paisaje urbano que siempre me interesaron, como vidrieras de negocios, maniquíes, frentes de casas de barrio, detalles de arquitectura, graffitti y la gráfica comercial en las calles. Pero las fotos tomadas en color responden a un criterio más personal que las de blanco y negro, simplemente porque en aquel entonces yo no las consideraba obras, sino solo fotos que hacía exclusivamente para mí y que no compartía con nadie más que con mi mujer; es decir, su destino era siempre muy privado, jamás las pensé como fotos para una exposición, en todo caso lo que me gustaba era editarlas en pequeños albums. Por otra parte, cuando fotografiaba en blanco y negro, siempre había una intención de lograr fotos que pudiera exponer en alguna muestra, algo así como una conciencia de estar buscando mi propio lenguaje o construyendo algún discurso.
Creo que en este aspecto radica la diferencia con las fotos blanco y negro, que son las más conocidas dentro de mi producción: responden exclusivamente a un gusto personal, si bien hay muchos puntos de coincidencia entre ambas categorías.
Hoy las miro con otros ojos, y me parece que estas fotos color reflejan aquella época con su color, y mi propio estado de ánimo; si han sido pocas (en todo caso, un número muy inferior a las hechas en blanco y negro) se debe a la escasa disponibilidad de película y al hecho de que tenía que encargar esas fotopostales en un laboratorio comercial, mientras que las fotos en blanco y negro las copiaba yo mismo.

Facundo de Zuviría
Buenos Aires, julio de 2012

 

 

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